Este crimen subraya la persistente violencia que afecta a los líderes sociales y juveniles en las regiones más vulnerables del país. Alan Josué, quien también era estudiante de segundo semestre de Ingeniería de Sistemas en la Universidad del Pacífico, fue atacado a disparos en la noche del viernes en el barrio Los Pinos, mientras regresaba a su casa después de sus actividades académicas. Según las primeras versiones, hombres armados lo interceptaron y le dispararon en repetidas ocasiones, causándole la muerte en el lugar.

Su talento deportivo había despertado el interés de cazatalentos, pero su influencia iba más allá de las canchas, ya que participaba activamente en procesos sociales, promoviendo la paz entre los jóvenes de su comunidad. Su tío, Saúl Valencia González, lo describió como “un joven soñador, tenía un futuro brillante (...) aportaba a la transformación de la sociedad”.

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) confirmó que Alan es el líder social número 117 asesinado en Colombia durante este año. El crimen ha desatado una ola de indignación en el puerto, donde familiares, amigos y vecinos organizaron una velatón en su memoria. La Alcaldía de Buenaventura rechazó el hecho y pidió celeridad en las investigaciones, mientras que organizaciones sociales y la Universidad del Pacífico exigieron justicia y garantías de protección para la juventud en una zona fuertemente golpeada por la presencia de estructuras criminales.