El departamento del Cauca enfrenta una grave crisis de orden público tras una violenta jornada de ataques coordinados, hostigamientos y una masacre en Popayán. Estos hechos, atribuidos a disidencias de las Farc, han sembrado el terror en al menos seis municipios y evidencian la compleja situación de seguridad en el suroccidente del país. La situación de seguridad en el suroccidente colombiano se deterioró drásticamente este domingo, con una ofensiva simultánea atribuida a estructuras disidentes de las Farc, como la Dagoberto Ramos. Los ataques se concentraron en las estaciones de Policía y unidades de la fuerza pública en los municipios de Corinto, Caldono, Toribío, Caloto, Miranda, Silvia y Cajibío. Habitantes de estas zonas registraron en videos los sonidos de explosiones y ráfagas de fusil, obligando a las comunidades a abandonar plazas de mercado para resguardarse.
En Cajibío, la comunidad reportó un ataque prolongado, con una residente afirmando: “Los que tengan contactos con la Policía y con el Ejército, pedir que manden refuerzos porque yo creo que están acabando con la policía, están pidiendo que se entreguen”.
En este municipio se reportó un civil muerto y dos policías heridos. La violencia se extendió a la capital, Popayán, donde se registró una masacre en un bar que dejó tres hombres muertos. Según Indepaz, esta es la sexta masacre en el Cauca y la número 58 en el país en lo corrido del año.
La Policía Metropolitana de Popayán informó que dos de las víctimas tenían antecedentes judiciales por delitos como violencia intrafamiliar y porte ilegal de armas. Adicionalmente, la movilidad en la región fue interrumpida por la presunta instalación de un cilindro bomba con emblemas de las Farc en la vía Panamericana, a la altura de Mondomo, en Santander de Quilichao, lo que generó pánico y detuvo el tráfico entre Popayán y Cali.
En resumenLa jornada de violencia coordinada en el Cauca, que incluye una masacre y hostigamientos sistemáticos en múltiples municipios, evidencia una grave escalada del conflicto y la capacidad operativa de las disidencias de las Farc. Estos eventos han generado muertes, confinamiento de la población civil y la interrupción de infraestructura clave, subrayando la urgencia de una respuesta estatal contundente para restablecer el orden y proteger a las comunidades afectadas.