Esta militarización ha provocado una notable disminución en el flujo de transeúntes que cruzan diariamente los puentes internacionales. Empresarios de la región, representados por Sandra Inéz Guzmán, presidenta de Fitac, han expresado su preocupación, solicitando garantías de que no habrá cierres de frontera que afecten la reactivación económica y los procesos de exportación. La diputada venezolana en el exilio, Gaby Arellano, afirmó que estas acciones son una respuesta a la presión de Estados Unidos y buscan intimidar a la población. Además, acusó directamente al régimen de estar sostenido por el narcotráfico, declarando que “la cabeza principal del cartel de los Soles es Nicolás Maduro”.
En la misma línea, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, apareció en un video vestido de camuflado y portando un fusil, haciendo un llamado a la “ofensiva permanente” y a prepararse para una “guerra revolucionaria” ante una eventual intervención estadounidense.
El gobierno de Maduro, por su parte, ha calificado las operaciones de EE. UU. como una amenaza a su soberanía y ha utilizado este argumento para justificar el fortalecimiento militar en la frontera.