Este anuncio representa un cambio radical frente a su postura histórica de oposición a esta práctica y reabre un complejo debate nacional sobre sus implicaciones.
La propuesta del mandatario surge como respuesta a la reciente escalada de violencia contra las Fuerzas Militares, incluyendo el secuestro temporal de 45 soldados en El Tambo, Cauca. El Gobierno atribuye estas acciones a la instrumentalización de comunidades por parte de grupos armados para proteger cultivos ilícitos. En su cuenta de X, Petro advirtió: “El uso de civiles como escudo para impedir la acción del Ejército es una táctica mafiosa.
Allí donde la ciudadanía ataque al Ejército habrá fumigación aérea”. Históricamente, Petro ha sido un férreo crítico de la aspersión aérea por sus documentados daños a la salud humana y al medioambiente.
La Corte Constitucional suspendió esta práctica en 2015 y estableció estrictos requisitos para su eventual reanudación.
El anuncio generó reacciones inmediatas.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, matizó la declaración, afirmando que “no se ha planteado el (uso del) glifosato para la aspersión”. Por su parte, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, indicó que se evalúa el uso de drones. La exministra de Justicia, Ángela María Buitrago, cuestionó la justificación, argumentando que “una cosa es que el Estado haga valer su derecho de protección a los miembros del Ejército y otra muy distinta es usar la aspersión aérea como respuesta”.