La tensión en el Caribe ha escalado a un nuevo nivel tras la confirmación por parte de Estados Unidos de un ataque militar contra una embarcación presuntamente vinculada al narcotráfico y procedente de Venezuela, acción que ha generado una enérgica condena del presidente colombiano Gustavo Petro y una airada respuesta del gobierno de Nicolás Maduro. El presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó la operación, detallando que un “ataque cinético” resultó en la muerte de once presuntos “narcoterroristas” del Tren de Aragua que transportaban drogas hacia Estados Unidos en aguas internacionales. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, reforzó la postura de Washington al advertir que “cualquiera que trafique en esas aguas es un narcoterrorista que hará frente al mismo destino” y que las operaciones militares no se detendrán. Esta acción se enmarca en un amplio despliegue naval estadounidense en la región, que incluye buques de guerra y un submarino nuclear, justificado por Washington como una estrategia antidrogas. Desde Colombia, el presidente Gustavo Petro reaccionó con dureza, calificando el hecho como un “asesinato en cualquier parte del mundo”.
A través de su cuenta de X, Petro afirmó: “Llevamos décadas capturando civiles que transportan drogas sin matarlos.
Los que transportan drogas no son los grandes narcos, sino los jóvenes muy pobres del Caribe y el Pacífico”.
Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro ha desestimado la veracidad del ataque; el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, denunció que el video difundido por Trump fue creado con inteligencia artificial. Maduro acusó a la administración Trump de querer el “petróleo venezolano gratis” y de inventar un relato para justificar su presencia militar, la cual considera “la más grande amenaza que se haya visto” en la región en los últimos 100 años.
En resumenEstados Unidos confirmó un ataque letal contra una embarcación presuntamente de narcotraficantes proveniente de Venezuela, matando a once personas y escalando las tensiones regionales. El presidente Petro condenó la acción como un “asesinato”, mientras que el gobierno de Maduro la calificó de montaje y acusó a EE. UU. de tener motivaciones ulteriores relacionadas con sus recursos naturales.