También se incrementarían los impuestos al consumo de licores, cerveza y cigarrillos, lo que, según Fenalco, podría incentivar el contrabando. Jaime Alberto Cabal, presidente de este gremio, calificó la propuesta como una “bomba de tiempo para el bolsillo de los colombianos”. Por su parte, la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia) advirtió que la reforma resta competitividad al país y desincentiva la inversión extranjera al fijar los dividendos a no residentes en un 30 %. Desde la oposición, el senador Ciro Ramírez la calificó como una “irresponsabilidad” del presidente Gustavo Petro. Analistas como Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, consideran que la propuesta es “demasiado ambiciosa y perjudicial para el aparato productivo” y que, antes de exigir más a los contribuyentes, el Gobierno debería mostrar austeridad en el gasto. El exdirector de la DIAN, Luis Carlos Reyes, criticó que se castigue a los contribuyentes cumplidos en lugar de fortalecer la lucha contra la evasión. El debate en el Congreso se anticipa complejo, dado el clima preelectoral y la falta de consenso sobre la necesidad de aumentar la carga fiscal sin un recorte significativo del gasto público.
