La reestructuración financiera implicará probablemente la renegociación de contratos, la búsqueda de nuevas fuentes de financiación y la optimización de sus rutas y flota. Desde el punto de vista operativo, la aerolínea podría reducir frecuencias, eliminar rutas no rentables y ajustar su modelo de negocio para reducir costos. Para los pasajeros que ya han adquirido tiquetes, esta situación genera una gran incertidumbre, ya que la continuidad de los vuelos programados dependerá de la capacidad de la aerolínea para mantener sus operaciones durante el proceso de reestructuración. Las autoridades regulatorias y de protección al consumidor estarán atentas para garantizar que los derechos de los viajeros sean respetados en la medida de lo posible dentro del marco legal de la quiebra.