La tensión en el Caribe ha escalado tras el despliegue de buques de guerra y tropas estadounidenses cerca de las costas de Venezuela, lo que motivó a Colombia, en su rol de presidencia pro tempore de la CELAC, a convocar una reunión de urgencia de cancilleres. La movida diplomática busca analizar las implicaciones para la paz y la estabilidad regional, en un contexto de fuertes declaraciones por parte de líderes políticos. El despliegue estadounidense, que incluye tres buques y cerca de 4.500 marines, tiene como argumento oficial el aumento del control del narcotráfico en la zona. Sin embargo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, lo ha calificado como una afrenta a la soberanía de su país y ha ordenado la preparación de tropas y milicias ante una eventual intervención. La situación ha generado diversas reacciones en Colombia.
El presidente Gustavo Petro afirmó que "ni Colombia ni la oposición venezolana en Venezuela, ni ningún latinoamericano que se respete, debe ni solicitar ni alegrarse con una invasión extranjera".
A pesar de que el mandatario insinuó que las fuerzas militares colombianas deberían apoyar a Venezuela, su ministro de Defensa descartó el envío de tropas. En contraste, figuras como el exministro Juan Carlos Pinzón interpretan el despliegue como una señal de presión directa que marca "el fin de la presencia de Maduro". La reunión virtual de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) tiene como objetivo intercambiar puntos de vista, reafirmar a la región como "Zona de Paz" y rechazar cualquier injerencia externa. La Cancillería colombiana subrayó la importancia de fortalecer los canales de diálogo para buscar "soluciones concertadas en beneficio de toda la región" frente a un contexto de creciente tensión.
En resumenEl despliegue de una fuerza naval estadounidense en el Caribe ha elevado las tensiones regionales, llevando a Colombia a convocar una reunión de emergencia de la CELAC. Mientras Estados Unidos justifica la operación como una medida antinarcóticos, Venezuela la considera una amenaza, generando un intenso debate diplomático y político en el continente.