Una investigación periodística reveló que Hocol, filial del Grupo Ecopetrol, celebró un acuerdo para el multimillonario negocio de regasificación en el Caribe con Gaxi SA ESP, una empresa fundada por Juan Guillermo Mancera, amigo cercano del presidente de la petrolera estatal, Ricardo Roa. El acuerdo se habría gestado a pesar de la inexperiencia de Gaxi en proyectos de esta magnitud. Según documentos revelados por La Silla Vacía, el 28 de marzo de 2025, un directivo de Hocol certificó un “acuerdo” con Gaxi para desarrollar la importación de Gas Natural Licuado (GNL) y operar una Unidad Flotante de Almacenamiento y Regasificación (FSRU) en La Guajira. Este proyecto, clave para evitar el desabastecimiento de gas en Colombia, podría generar ingresos anuales de hasta 1.460 millones de dólares. La denuncia cobra relevancia porque Gaxi, fundada en 2019 con un capital de 20 millones de pesos, no cuenta con la trayectoria ni el músculo financiero para un proyecto de tal envergadura.
Además, Juan Guillermo Mancera, su fundador, es la misma persona que le vendió a Ricardo Roa un lujoso apartamento en Bogotá por debajo del precio comercial, una transacción que ya es investigada por la Procuraduría.
La investigación también expone que, mientras Ecopetrol había abierto un proceso público de Requerimiento de Información (RFI) para este proyecto en enero de 2025, este fue inexplicablemente congelado.
En paralelo, Gaxi avanzaba en el negocio amparado en sus acuerdos con Hocol.
El expresidente de Hocol, Luis Enrique Rojas, denunció públicamente haber recibido presiones de “un alto directivo de Ecopetrol” para favorecer a la empresa de Mancera. Ecopetrol y Hocol respondieron que solo existía un “Memorando de Entendimiento no vinculante”, pero las pruebas documentales y los testimonios sugieren un intento de entregar el negocio de forma directa.
En resumenUna grave denuncia de presunto favorecimiento envuelve a la cúpula de Ecopetrol. La revelación de un acuerdo entre su filial Hocol y una empresa sin experiencia, fundada por un amigo del presidente Ricardo Roa, para un proyecto estratégico de gas, plantea serios cuestionamientos sobre conflictos de interés y transparencia en la contratación de la principal empresa del país.