La medida, formalizada mediante una directiva presidencial, busca reorientar la diplomacia colombiana frente al conflicto en Oriente Medio y evaluar todos los contratos vigentes con empresas israelíes. La directiva establece cuatro ejes de acción principales. Primero, promover la presencia diplomática de Colombia en Palestina y establecer mecanismos de asistencia humanitaria. Segundo, revisar las relaciones comerciales con Israel "según los principios de legalidad internacional" y, a su vez, promover el comercio con Palestina. Tercero, evaluar los contratos vigentes con empresas de Israel, lo que incluye áreas sensibles como la compra de armamento, software, herramientas digitales y la controvertida exportación de carbón, que el presidente ha intentado detener previamente. Finalmente, la directiva ordena acompañar los procesos judiciales en curso contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia y otros tribunales internacionales. Esta decisión se enmarca en una serie de acciones y declaraciones recientes del mandatario que han tensado las relaciones con Israel, como la crítica a la reunión del expresidente Iván Duque con el primer ministro Benjamín Netanyahu y la preparación de un decreto para prohibir la exportación de carbón a ese país. El giro en la política exterior se produce en un contexto internacional donde otros países, como Italia, también han expresado su condena a acciones militares israelíes, como el reciente ataque a un hospital en Gaza, que la primera ministra Giorgia Meloni calificó como un acto que "sobrepasa el límite de la proporcionalidad".