Allí, rodeado de simpatizantes y figuras del Centro Democrático como María Fernanda Cabal y Andrés Forero, Uribe pronunció un discurso centrado en la seguridad. “Que en este lugar se simbolice una llama eterna, como el amor eterno de Miguel por Colombia”, afirmó, y añadió que el homenaje no debía ser un acto de “venganza, pero tampoco de falsa paz”. En su intervención, Uribe destacó que la figura del senador asesinado debía inspirar la construcción de un Estado con seguridad para proteger la libertad de emprendimiento y alejar a los jóvenes de la “esclavitud de la droga”. “Aquí, el asesino con droga, dinero y una cadena de autores intelectuales e instigadores nos privó de Miguel, quien con su sacrificio ganó la elección de inspirador eterno del pueblo libre de Colombia”, manifestó. Este fue el primer homenaje público de Uribe tras la revocatoria de su detención domiciliaria, una libertad que, según dijo, dedicará a “luchar por la libertad de los colombianos”.