Un juez de control de garantías de Bogotá dictó medida de aseguramiento en centro carcelario contra Óscar Santiago Gómez Leal, expareja de la periodista Laura Camila Blanco, como presunto responsable de su muerte. La Fiscalía le imputó el delito de feminicidio agravado, cargo que Gómez Leal no aceptó, en un caso que ha puesto de relieve la violencia de género en el país. Laura Camila Blanco, de 26 años, falleció en la madrugada del 27 de julio tras caer desde la ventana de un noveno piso en un apartamento del barrio Barrios Unidos en Bogotá. Aunque Gómez Leal ha sostenido que la joven se lanzó, la Fiscalía presentó pruebas que sugieren un escenario de violencia previo. El fiscal del caso, Juan Camilo Caicedo, argumentó que la muerte fue el “culmen de un ciclo de violencia” que marcó la relación de dos años. Según la investigación, Gómez asfixió a Blanco, dejándola en un “estado agónico”, y luego la arrojó al vacío.
El informe de Medicina Legal encontró heridas previas a la caída que indicarían estrangulamiento y maltrato. Durante la audiencia, el fiscal señaló que el imputado ejercía violencia psicológica constante: “En múltiples ocasiones usted llamó a la víctima «prostituta», la reprendió por sus comportamientos como mujer, la llamó «gorda», la celó, le revisó el celular”. El juez 67 de Control de Garantías consideró que la Fiscalía demostró “la inferencia razonable de autoría o participación” de Gómez en el crimen, justificando la medida de aseguramiento. La defensa de Gómez, a cargo del abogado Jhon Jairo Rosas, se opuso a la medida y apeló la decisión.
El juez fue contundente en sus apreciaciones, afirmando: “Es triste que Laura Camila, una joven educada, haya sido sumisa a un hombre violento y machista”.
Gómez, de 27 años, se enfrenta a una pena de más de 500 meses de prisión.
En resumenÓscar Santiago Gómez Leal fue enviado a prisión preventiva mientras avanza el juicio por el feminicidio agravado de la periodista Laura Camila Blanco. La Fiscalía sostiene que Gómez Leal la asfixió y luego la arrojó desde un noveno piso, culminando un patrón de violencia sistemática. A pesar de que el imputado no aceptó los cargos, el juez consideró que existen pruebas suficientes para inferir su participación en el crimen.