En respuesta a la crisis, el Gobierno descartó declarar la conmoción interior, pero anunció que se “profundizarán medidas vía decreto” para acorralar a estas organizaciones. El presidente Petro afirmó que “el golpe a la población de Cali, indudablemente es profundo, es brutal, es de terror”. Por su parte, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, celebró la instalación del PMU permanente y pidió acciones contundentes.

Las Fuerzas Militares ordenaron el acuartelamiento de primer grado en todas las unidades del país, lo que implica un estado de alerta máxima para prevenir nuevos ataques y asegurar una reacción rápida.