Tras las reuniones en Alaska y Washington auspiciadas por el presidente estadounidense Donald Trump, la comunidad internacional busca concretar un encuentro entre los líderes de Ucrania y Rusia. Zelenski ha abierto la puerta a reunirse con Putin en dos semanas, siempre que las potencias occidentales definan previamente las garantías de seguridad para su país. Sin embargo, Rusia ha advertido que cualquier presencia de tropas europeas en Ucrania sería “absolutamente inaceptable”. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, fue contundente al afirmar que “discutir cuestiones de seguridad con seriedad sin Rusia es una utopía, un trayecto sin rumbo”.
En este contexto, los jefes de Defensa de los 32 países de la OTAN se reunieron por videoconferencia para analizar la situación y el diseño de un posible resguardo para Ucrania una vez se logre la paz. El general estadounidense Alexus Grynkewich, nuevo comandante supremo aliado en Europa, participó en el encuentro, evidenciando el alto nivel de las discusiones. La búsqueda de una sede neutral para la cumbre presidencial, con opciones como Suiza o Austria, sigue siendo un desafío logístico y político en medio de un conflicto que no cesa en el campo de batalla.