El gobierno de Gustavo Petro se prepara para presentar una nueva reforma tributaria en 2026, con el objetivo de recaudar $26,3 billones para financiar un presupuesto que, según críticos, está “inflado y desfinanciado”. La propuesta, que sería la segunda del actual mandato, ya enfrenta una fuerte oposición de los gremios empresariales y analistas económicos, quienes advierten que la economía colombiana no está en condiciones de soportar una mayor carga impositiva. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, ha señalado que la reforma es necesaria para cubrir el déficit del Presupuesto General de la Nación. Entre las medidas contempladas se encuentran la eliminación de beneficios tributarios, ajustes al IVA para que sea más progresivo, y el aumento de impuestos al consumo de licores, tabaco, vapeadores y productos con alto impacto ambiental como plaguicidas. Sin embargo, líderes gremiales como Jaime Cabal de Fenalco y Bruce Mac Master de la ANDI han rechazado la iniciativa.
Cabal afirmó que “los impuestos para pagar burocracia en época preelectoral no generan progreso”, mientras que Mac Master cuestionó el “descomunal gasto que se pretende pagar”. Por su parte, el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, calificó la reforma como carente de sentido, argumentando que llega en un mal momento para la economía y que podría ser inflacionaria. En este contexto, la firma Oxford Economics proyecta que las elecciones de 2026 serán un “punto de inflexión para la sostenibilidad fiscal” del país, anticipando que un gobierno más conservador fiscalmente podría asumir el poder y tomar las difíciles decisiones políticas necesarias para estabilizar las finanzas públicas.
En resumenEl Gobierno colombiano planea una nueva reforma tributaria para 2026 con el fin de recaudar $26 billones, enfocándose en ajustes al IVA e impuestos al consumo. La propuesta ha sido rechazada por gremios como la ANDI y Fenalco, que argumentan que el país no puede soportar más impuestos y critican el elevado gasto público. Analistas como Oxford Economics ven las próximas elecciones como cruciales para la futura sostenibilidad fiscal de Colombia.