Mientras un tribunal estadounidense falló a su favor permitiéndole conservar Instagram y WhatsApp, la justicia española le impuso una multa multimillonaria por competencia desleal en el mercado publicitario. En Estados Unidos, un juez de distrito desestimó la demanda de la Comisión Federal de Comercio (FTC), que buscaba obligar a Meta a deshacerse de Instagram y WhatsApp. El juez James Boasberg argumentó que la FTC no logró probar que Meta compró estas plataformas con el objetivo de eliminar a la competencia de manera anticompetitiva. En su fallo, Boasberg señaló que el mercado de redes sociales ha evolucionado y que Meta ahora compite con rivales importantes como TikTok y YouTube, lo que debilita el argumento de que ostenta un monopolio en un mercado que, según el juez, ya no existe en la forma que la FTC describió. Este caso, iniciado durante la administración Trump y continuado por el gobierno de Biden, representaba una amenaza existencial para la estructura de Meta.

Por otro lado, en España, la compañía sufrió un duro revés.

Un tribunal ordenó a Meta pagar 479 millones de euros (aproximadamente 552 millones de dólares) a un grupo de medios digitales por competencia desleal. La sentencia concluyó que Meta infringió el Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD) al utilizar de manera sistemática e inadecuada los datos personales de los usuarios de sus plataformas (Facebook, Instagram y WhatsApp) para su negocio publicitario, sin el consentimiento explícito requerido por la ley.

Según el tribunal, esta práctica le otorgó una ventaja competitiva ilegítima en el mercado publicitario español.