La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) autorizó la integración empresarial entre Tigo y Movistar, una de las operaciones más transformadoras para el sector de telecomunicaciones en Colombia, aunque la sujetó a un estricto conjunto de condicionamientos para proteger la competencia. La decisión, contenida en la Resolución 94169 de 2025, da luz verde a que Millicom, accionista de Tigo, adquiera la participación de Telefónica en Colombia Telecomunicaciones (Movistar), lo que en la práctica creará un nuevo gigante que, junto a Claro, controlará cerca del 90 % del mercado móvil nacional. Esta concentración ha generado una fuerte reacción en la industria, especialmente de competidores como WOM, que advirtió sobre la creación de un “duopolio” y solicitó al presidente Gustavo Petro frenar la operación, argumentando riesgos de aumento de precios y reducción de la competencia para los estratos más bajos. Para mitigar estos riesgos, la SIC impuso un robusto paquete de medidas. Entre ellas, se exige la separación técnica permanente de los núcleos de red (“core”) para evitar coordinación anticompetitiva, la implementación de protocolos para manejar información sensible y la prohibición de desmantelar infraestructura si afecta la cobertura o calidad del servicio. Adicionalmente, se establecieron condiciones para proteger a los Operadores Móviles Virtuales (OMV), obligando a la empresa integrada a ofrecer descuentos en las tarifas de roaming automático nacional de entre el 12,5 % y el 46 %.
La superintendente Cielo Rusinque defendió la decisión, afirmando que busca generar una competencia más efectiva frente al operador dominante y que podría traducirse en beneficios para los usuarios.
“Esperamos que eso tenga un impacto positivo, prácticamente inmediato en cuanto a las tarifas”, aseguró.
Millicom y Telefónica valoraron positivamente el avance, calificándolo como una oportunidad para construir un sector más sostenible y con mayor capacidad de inversión.
En resumenLa aprobación condicionada de la fusión Tigo-Movistar por parte de la SIC reconfigura el mapa de las telecomunicaciones en Colombia, creando un competidor de gran escala para Claro. Si bien la decisión busca beneficios en cobertura e inversión, los estrictos condicionamientos y las preocupaciones de otros operadores sobre la posible consolidación de un duopolio marcan el inicio de una nueva etapa de vigilancia regulatoria en el sector.