La estrategia, iniciada en 2019, busca priorizar sus operaciones en España, Reino Unido, Alemania y Brasil, mercados considerados estratégicos.

El presidente de la compañía, Marc Murtra, confirmó que el plan de salida de Hispanoamérica sigue adelante, incluyendo los mercados de Chile, México y Venezuela, aunque sin un cronograma definido para no afectar las negociaciones. Esta reestructuración ha tenido un impacto financiero significativo; la compañía estima que una vez se contabilicen todas las operaciones pendientes, su deuda se reducirá en 1.800 millones de euros, situándose en 26.500 millones. Sin embargo, los resultados financieros del tercer trimestre de 2025 reflejaron el costo de estas desinversiones, con una pérdida neta de 1.080 millones de euros hasta septiembre, en contraste con las ganancias del año anterior. Los ingresos en la unidad de Hispam disminuyeron un 11,3 % hasta los 3.152 millones de euros, impactados también por la dinámica comercial en Colombia y México. A pesar de la retirada, la compañía reportó un crecimiento en clientes de pospago y fibra óptica en la región, impulsado principalmente por México y Colombia.