Sin embargo, la resistencia no proviene únicamente del consejo directivo.

Los accionistas minoritarios de Sabadell también han manifestado su rechazo a la operación en las condiciones actuales, exigiendo una prima superior al 30 % para considerar la venta de sus participaciones. Esta postura unificada de la administración y parte del accionariado dificulta el camino para BBVA, que necesita una aceptación mayoritaria para que la adquisición sea exitosa. Para asegurar la solvencia de la operación, BBVA también liberó 819 millones de dólares como garantía, demostrando su capacidad financiera para llevar a cabo la fusión si logra obtener el respaldo necesario.