El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) ha intensificado sus esfuerzos para adquirir el Banco Sabadell mediante una Oferta Pública de Adquisición (OPA) hostil, una operación que enfrenta una fuerte resistencia por parte del consejo de administración y los accionistas minoritarios de Sabadell. La maniobra ha generado un tenso enfrentamiento en el sector bancario español, con implicaciones regulatorias y de mercado significativas. La ofensiva del BBVA se materializó con una oferta mejorada valorada en cerca de 20.000 millones de dólares, la cual fue rechazada por el consejo de Sabadell por considerarla insuficiente. A pesar de la negativa, BBVA decidió seguir adelante con la OPA de manera hostil, llevando la propuesta directamente a los accionistas. En un movimiento para legitimar su oferta, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España autorizó la mejora y extendió el plazo de aceptación hasta el 10 de octubre, dando más tiempo para que los accionistas tomen una decisión. Adicionalmente, BBVA ha sumado a la firma Deloitte como asesora para certificar que la nueva oferta es efectivamente superior a la anterior, en un intento por ganar credibilidad y convencer a los indecisos.
Sin embargo, la resistencia no proviene únicamente del consejo directivo.
Los accionistas minoritarios de Sabadell también han manifestado su rechazo a la operación en las condiciones actuales, exigiendo una prima superior al 30 % para considerar la venta de sus participaciones. Esta postura unificada de la administración y parte del accionariado dificulta el camino para BBVA, que necesita una aceptación mayoritaria para que la adquisición sea exitosa. Para asegurar la solvencia de la operación, BBVA también liberó 819 millones de dólares como garantía, demostrando su capacidad financiera para llevar a cabo la fusión si logra obtener el respaldo necesario.
En resumenBBVA persiste en su OPA hostil sobre Sabadell, a pesar del rechazo de su consejo y accionistas. La CNMV ha autorizado la oferta mejorada, extendiendo el plazo de aceptación, mientras BBVA busca validar el valor de su propuesta con nuevos asesores. El resultado de la operación, que definirá el futuro de ambas entidades bancarias, sigue siendo incierto.