Este acuerdo, anunciado en junio, se valoró en US$380 millones. Para Telefónica, estas ventas forman parte de su estrategia de reducir exposición en Hispanoamérica y concentrarse en mercados que considera estratégicos. Para Millicom, estas adquisiciones son un paso clave para reforzar su posicionamiento en la región, donde ya tiene una fuerte presencia con la marca Tigo en varios países. La aprobación regulatoria en ambos países representa un hito importante para cerrar definitivamente estas transacciones y reconfigurar el mapa de las telecomunicaciones en Sudamérica.