Esta concentración genera tres riesgos principales para la competencia.

Primero, la posible afectación al roaming nacional, esencial para que operadores más pequeños como WOM puedan ofrecer cobertura nacional.

Segundo, una potencial reducción en la capacidad de los usuarios para cambiar de operador, limitando la dinámica del mercado. Tercero, la creación de paquetes convergentes (fijo y móvil) que podrían ser difíciles de replicar por otros competidores, como advierte ETB. La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) tiene en sus manos el análisis de la fusión y enfrenta el reto de garantizar la pluralidad de agentes en el mercado. Mientras fuentes cercanas al proceso argumentan que la fusión crearía un competidor más fuerte para desafiar a Claro, beneficiando a los consumidores, los operadores más pequeños y analistas advierten sobre los peligros de una concentración excesiva que podría afectar negativamente los precios y la innovación en el sector.