Este método permite a Nvidia asimilar rápidamente talento y propiedad intelectual crucial, evitando los largos y complejos procesos regulatorios asociados a las fusiones a gran escala.

La ofensiva de la compañía es global. Además de operaciones en Estados Unidos como la compra de Run:ai por 700 millones de dólares, Nvidia ha anunciado una inversión de 5.000 millones en Intel para la producción conjunta de procesadores de IA y una inversión de casi 2.300 millones de dólares en empresas tecnológicas británicas como Revolut y Wayve. Estos movimientos se suman a su historial reciente, que incluye la adquisición de Mellanox por 6.900 millones y un intento fallido de comprar Arm por 40.000 millones, demostrando su determinación por controlar los componentes clave de la infraestructura de la inteligencia artificial a nivel mundial.