Esta maniobra busca crear un nuevo gigante bancario, aunque enfrenta una fuerte resistencia por parte de la cúpula y accionistas del Sabadell. La ofensiva del BBVA se produce tras el rechazo de una propuesta amistosa inicial, lo que evidencia su determinación por consolidar su posición en el mercado. Carlos Torres, presidente del BBVA, ha manifestado que, aunque no es su intención, no considera "imposible" operar con una participación inferior al 50% del Sabadell, sugiriendo flexibilidad en su estrategia para asegurar el éxito de la OPA. Sin embargo, la cúpula del Sabadell, liderada por su presidente Josep Oliu, se muestra escéptica y considera que el escenario más probable es que el BBVA "no llegue al 50% ni al 30%". El rechazo se fundamenta en la percepción de que la oferta no valora adecuadamente el potencial de crecimiento del Sabadell. La Asociación de Accionistas Minoritarios del Banco Sabadell ha calificado la OPA de fracaso, afirmando que "tiene los pies de barro". A esta oposición se suman importantes obstáculos regulatorios; fondos de inversión que controlan más del 10% del capital del Sabadell, como BlackRock, no podrán acudir a la oferta, lo que complica significativamente las aspiraciones del BBVA. La situación refleja una clara división entre la visión de expansión del BBVA y la estrategia de independencia y valorización del Sabadell, dejando el desenlace en manos de los accionistas y los reguladores, en un precedente que podría redefinir el panorama bancario en España.
