Esta declaración sugiere cierta flexibilidad, pero la batalla por convencer a los accionistas se anticipa reñida.
El enfrentamiento entre ambas cúpulas ha escalado a una guerra de declaraciones públicas, donde cada parte defiende su postura y cuestiona la del contrario, generando una notable tensión en el mercado financiero español, cuyo futuro podría reconfigurarse significativamente si la operación llega a concretarse.