Tras el fallecimiento del legendario diseñador a los 91 años, la lectura de su testamento ha generado gran expectación en la industria. El documento estipula que la Fundación Armani, ahora propietaria del 100 % de la compañía, deberá vender una participación inicial del 15 % en un plazo de 12 a 18 meses.
Los compradores preferentes mencionados son LVMH, EssilorLuxottica y L'Oréal, conglomerados con los que Armani ya mantenía alianzas estratégicas en vida, como licencias de perfumes y gafas.
La cláusula va más allá, contemplando la posibilidad de que el socio adquiera una participación mayoritaria de hasta el 70 % en un plazo de cinco años, aunque la fundación deberá conservar siempre un mínimo del 30 % del capital. Como alternativa, el testamento prevé una posible salida a bolsa, con una valoración estimada por analistas de hasta 8.200 millones de dólares.
Esta decisión ha sorprendido al mercado, dado que Armani siempre fue un férreo defensor de la autonomía de su firma. Ante la noticia, EssilorLuxottica manifestó que evaluará “la situación cuidadosamente”, mientras L'Oréal se mostró “honrada” por la mención.
El futuro de la casa de moda italiana queda ahora en manos de sus herederos y su socio de confianza, Leo Dell’Orco, quienes negociarán el destino de una de las marcas más emblemáticas del lujo.