Esta situación financiera precaria hace que la rentabilidad de la inversión sea, como mínimo, incierta.

Además, existen importantes barreras legales.

El propio presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, ha reconocido la existencia de obstáculos relacionados con las sanciones impuestas por Estados Unidos, lo que complicaría cualquier transacción directa. Más recientemente, la presidenta de la junta directiva, Mónica de Greiff, desinfló las expectativas al afirmar que "Ecopetrol no puede comprar directamente a Monómeros", lo que indica una clara resistencia del gobierno corporativo a los planes del presidente Petro. La insistencia en este negocio ha sido señalada como una muestra del deterioro institucional en Ecopetrol, donde la administración busca alinear las inversiones de la petrolera con las políticas del gobierno, incluso si estas no se ajustan a un análisis financiero riguroso sobre su rentabilidad.