Esta aprobación es un paso fundamental en un proceso que busca crear uno de los mayores gigantes bancarios de Europa.

A pesar de la aprobación, la operación sigue enfrentando la oposición del consejo de administración del Sabadell y del gobierno español. Tras la luz verde del regulador bursátil, la pelota queda en el tejado de los accionistas del Sabadell, quienes deberán decidir si aceptan la oferta del BBVA. En un movimiento estratégico, los informes indican que el BBVA ha diseñado una hoja de ruta para intentar controlar el Sabadell sin necesidad de alcanzar el 50% de los derechos de voto. Incluso se contempla la posibilidad de que el BBVA considere exitosa la operación si logra adquirir tan solo el 30% del capital del banco catalán. Este enfoque flexible sugiere que el BBVA está preparado para un escenario en el que no consiga una mayoría absoluta, pero sí una participación lo suficientemente significativa como para ejercer una influencia decisiva en la gestión y estrategia del Sabadell. El siguiente paso crucial será el período de aceptación, durante el cual los accionistas del Sabadell evaluarán la propuesta del BBVA y determinarán el futuro de la entidad.