El conflicto ha escalado al ámbito legal y mediático, con ambas partes iniciando acciones judiciales para defender su titularidad sobre el icónico nombre en el mercado europeo. El litigio se centra en el argumento de Frisby España de que la marca registrada por la compañía colombiana no ha tenido un "uso serio y continuo" en territorio español durante los últimos cinco años, lo que, según la normativa europea, podría llevar a su caducidad. Ante esta situación, Frisby Colombia ha dado por terminada la etapa prejudicial y ha anunciado el inicio de acciones legales formales, representados por la firma Garrigues, para defender sus derechos sobre la marca y su personaje icónico. Por su parte, Frisby España ha calificado la postura de la empresa colombiana como un intento de "control global sin voluntad real de desarrollo", según afirmó su portavoz, Charles Dupont. Tras la ruptura de las conversaciones, la firma europea activó un plan de expansión que incluye la creación de una nueva entidad operativa, la apertura de 12 puntos de venta en España y la solicitud para que su marca verbal europea "FRISBY" sea reconocida como notoriamente conocida en Colombia. El caso está ahora en manos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) y la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), cuya decisión, esperada para finales de 2025, será determinante para el futuro de la marca en el continente.