Tras la compra, se ha formado un equipo directivo conjunto y se está desarrollando un plan de tres a cinco años para "revitalizar la marca", centrándose en la reorientación del producto y la marca basada en sus valores fundamentales. La adquisición es significativa, ya que posiciona a Anta para competir más agresivamente en el lucrativo mercado de la ropa para actividades al aire libre.

En otro artículo se menciona a Anta como un posible comprador de Puma, destacando su naturaleza adquisitiva y su actual propiedad de "Fila y Jack Wolfskin". Este contexto refuerza el estatus de Anta como un importante consolidador en la industria mundial de la ropa deportiva, utilizando adquisiciones estratégicas para construir un poderoso imperio multimarca capaz de desafiar a los competidores occidentales.