Entre los interesados figuran gigantes asiáticos como Anta Sports Products y Li Ning, que han crecido mediante adquisiciones estratégicas.

También se mencionan acercamientos con empresas estadounidenses y fondos soberanos de Medio Oriente.

La posible venta se produce en un momento en que Puma atraviesa un proceso de transformación bajo el liderazgo de su nuevo CEO, Arthur Hoeld. La marca ha enfrentado dificultades por el estancamiento en la innovación de productos y la falta de entusiasmo de los consumidores, mientras competidores como Nike, Adidas y marcas emergentes como On Running y Hoka ganan terreno. A pesar de los desafíos, Puma sigue siendo un actor relevante con ventas por 8.800 millones de euros en 2024.