El proceso se viene gestando desde hace meses.

En noviembre de 2024, el gobierno colombiano sometió a Monómeros a un régimen de supervisión especial de la Superintendencia de Sociedades, una medida preventiva para garantizar la transparencia durante el proceso de venta sin interferir en su autonomía operativa. La importancia de Monómeros radica en su papel clave para la seguridad alimentaria de la región, ya que por más de cinco décadas ha sido un proveedor fundamental de fertilizantes e insumos agrícolas para los campesinos de ambos países. La transferencia a Colombia buscaría preservar esta función y mantener la estabilidad de precios para millones de familias que dependen de la productividad agrícola. La venta de la petroquímica no es un hecho aislado, sino que se inscribe en una agenda bilateral más amplia que incluye la cooperación en los sectores de petróleo, gas y energía eléctrica, lo que evidencia una estrategia de mayor integración económica y energética entre las dos naciones vecinas.