Tras el incidente, se conoció una resolución expedida por entidades del Distrito que advertía sobre un “riesgo estructural” en el recinto. El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) señaló en un concepto técnico que “las vibraciones excesivas no solo generan molestias a los usuarios, sino que pueden comprometer la integridad, estabilidad y seguridad de la estructura”. La entidad recomendó no utilizar las graderías hasta que se realizaran estudios adicionales y se implementaran medidas correctivas.
A pocos días del concierto de Guns N’ Roses, programado para el 7 de octubre, el director del Idiger, Guillermo Escobar, confirmó que los organizadores aún no contaban con los permisos necesarios. Ante la crisis, se estableció una mesa de trabajo entre Ocesa, el Idiger y la Personería de Bogotá para definir una ruta que garantice la seguridad de los futuros eventos. Luz Ángela Castro, directora de Ocesa, aseguró que se comprometieron a “tener todo en regla con anticipación” y afirmó que el Vive Claro “cumple con las condiciones de seguridad y todos los estándares”.
A pesar de las garantías, la incertidumbre persiste sobre la agenda del recinto, que incluye a Linkin Park, Blessd y My Chemical Romance.