Los textiles, teñidos con pigmentos orgánicos, no solo representan un alto valor artesanal, sino que también responden a la creciente demanda de una moda con propósito y sostenible. La ministra de Comercio, Diana Marcela Morales, señaló que el proyecto “busca cerrar brechas productivas, tecnológicas, organizativas y comerciales, con el fin de incrementar sus ingresos y mejorar su calidad de vida”, especialmente para artesanos que han sido víctimas del conflicto armado. La participación en un evento de esta magnitud permite a las comunidades recibir retroalimentación directa de actores clave del sistema moda, interactuar con compradores internacionales y posicionar sus productos en un entorno competitivo. Esta iniciativa se alinea con la Política de Reindustrialización del Gobierno, que impulsa la agroindustrialización con un enfoque territorial y sostenible, reconociendo el potencial de las fibras naturales para generar nuevas cadenas de valor y fortalecer la autonomía económica de las comunidades.
