Un altercado durante un evento de Miss Universo en Tailandia, donde la representante de México, Fátima Bosch, fue públicamente humillada por un directivo, generó una ola de indignación internacional. El incidente puso en tela de juicio el discurso de empoderamiento femenino del certamen y provocó una respuesta solidaria de otras candidatas. El conflicto se desató cuando Nawat Itsaragrisil, director del concurso en Tailandia, confrontó a Bosch micrófono en mano por supuestamente no haber compartido contenido promocional del país anfitrión en sus redes sociales. En videos viralizados, se escucha a Itsaragrisil gritarle "Cállate" y llamarla "tonta".
La respuesta de Bosch fue firme y serena; declaró a la prensa: “El mundo tiene que ver esto, porque somos mujeres empoderadas y esta es una plataforma para usar nuestra voz.
Nadie podrá callar mi voz”.
Su postura recibió apoyo inmediato de otras concursantes que se levantaron en señal de solidaridad. La organización de Miss Universe Colombia emitió un pronunciamiento oficial en Instagram, calificando el hecho como “un día complejo” y elogiando la valentía de Bosch: “La representante de México alzó la voz por ella, por sus compañeras, por sus naciones y, en conclusión, por las mujeres”. Ante la presión internacional, el presidente de Miss Universe anunció que se tomarían sanciones y acciones legales contra Itsaragrisil.
En resumenLa humillación pública de Miss México se convirtió en una crisis de relaciones públicas para Miss Universo, obligando a la organización a tomar medidas disciplinarias. La respuesta de Fátima Bosch, negándose a ser silenciada, y la solidaridad de sus compañeras, como la delegada de Colombia, transformaron un ataque personal en una poderosa declaración sobre el respeto y el empoderamiento femenino dentro de la industria de los concursos de belleza.