Daddy Yankee, cuyo nombre real es Ramón Luis Ayala Rodríguez, interpuso una demanda alegando que González, quien fue una pieza clave en sus empresas como El Cartel Records, mantenía el control sobre varias de sus marcas registradas, lo que podría impedirle su uso en futuros proyectos. La respuesta de ambas partes fue buscar una resolución fuera de los tribunales, culminando en una moción conjunta presentada el 9 de octubre. El acuerdo es claro: González se compromete a no “limitar, afectar o impedir” el uso de las marcas por parte del artista. Específicamente, el pacto la obliga a “no menospreciar, diluir o afectar negativamente las marcas cubiertas, ni a registrar o intentar registrar ninguna marca que pueda considerarse sustancialmente similar”.

Esta resolución es una victoria estratégica para Daddy Yankee, ya que asegura la continuidad de su imperio comercial y protege una identidad construida a lo largo de más de tres décadas.

El acuerdo es definitivo e inapelable, cerrando un capítulo personal y empresarial complejo para el artista.