La respuesta del ministro fue negar la autenticidad del accesorio, asegurando que se trataba de una imitación y que lo usó para provocar a sus críticos. La polémica inició cuando Ariel Ricardo Armel, presidente de la Fundación Libremente, cuestionó en la red social X cómo un político podía costear un accesorio de tal valor. La publicación se viralizó, generando un debate sobre la ética y el estilo de vida de los funcionarios públicos. La estrategia de Benedetti para enfrentar la crisis fue una mezcla de ironía y desdén.

Inicialmente, respondió directamente a Armel: “¡No sea sapo y de mala fe!

¿Quién le dijo que son de verdad?

Me los puse para tentar a los espontáneos y creativos y burlarme.

Jajajaja”.

Posteriormente, publicó un video para reforzar su versión.

“Este reloj no es un verdadero Patek Philippe.

Me lo regalaron, lo trajeron de Turquía.

Es chimbo, no es de verdad”, afirmó, mientras sostenía que su intención era una provocación deliberada.

“Me lo puse solo para que hablen, para que digan que soy un bandido y un corrupto.

Quería ver cómo reaccionaban”, expresó con sarcasmo.

A pesar de su explicación, la respuesta no convenció a todos.

Críticos como Armel insistieron, argumentando que “la gente no es boba” y recordando los procesos judiciales que enfrenta el ministro. El episodio generó una nueva ola de memes y críticas, sumándose a la lista de polémicas que han rodeado a Benedetti.