En su respuesta, reconoció haber actuado de manera “soberbia y grosera”. La controversia se originó a finales de septiembre, cuando ‘Luisa Postres’ publicó una convocatoria para un solo cargo que exigía una amplia gama de funciones, incluyendo creación de contenido, edición de video, redacción comercial y manejo de herramientas digitales.
La oferta fue criticada en redes sociales por considerarse excesiva. La respuesta inicial de Lafaurie fue defensiva y despectiva; en un video, justificó las exigencias afirmando que “eso es emprender” y sugirió que quien se quejara de las tareas podía “ser cajero en Oxxo”. Esta reacción intensificó las críticas, dañando la imagen de su marca. Ante la creciente presión pública, Lafaurie cambió de estrategia y optó por la gestión de crisis a través de una disculpa directa.
En un video publicado en TikTok, adoptó un tono conciliador y asumió su responsabilidad.
“La embarré y vengo a dar la cara y pedir perdón”, afirmó. Reconoció tres errores clave: la falta de claridad en la convocatoria, haber respondido “de forma grosera” y menospreciar otros trabajos, y adoptar un “tono burlesco y sarcástico” posteriormente.
Admitió haber actuado “desde la rabia y no desde el amor” y calificó su comportamiento como “soberbia y grosera”.
Finalmente, se comprometió a ser más cuidadosa y a generar “empleo digno y de calidad”. Esta disculpa pública representa un caso de manual en manejo de crisis de reputación, buscando neutralizar el daño mediante la admisión del error y una promesa de enmienda.