Su comunicado buscaba aclarar la situación ante sus seguidores, ya que, según ella, se estaba dando a entender que continuaban juntos.

“No soy capaz de sostener una mentira”, expresó, señalando que necesitaba sanar y seguir con su vida. Lo que transformó la ruptura en un escándalo público fue la aparente contradicción con las declaraciones de Altafulla, quien horas antes del anuncio de García, en una entrevista radial, había afirmado: “Yo a Karina la amo, ella lo sabe más que a nadie”. Posteriormente, en un programa de televisión, Altafulla se mostró sorprendido por el comunicado, aunque respetó la decisión de García. La situación escaló con la intervención de otras personalidades. La influencer Yina Calderón afirmó que la ruptura se debió a presuntas infidelidades de Altafulla, asegurando que tenía “mozas en Bogotá”. Por otro lado, el creador de contenido Valentino Lázaro defendió a García y acusó a Altafulla de victimizarse, diciéndole: “Deje de hacerse la víctima”. Este cruce de acusaciones y desmentidos públicos ha convertido la separación en un complejo episodio de relaciones públicas, donde cada parte intenta controlar la narrativa ante una audiencia dividida, evidenciando las dificultades de manejar una ruptura bajo el intenso escrutinio de los medios y las redes sociales.