La DJ y empresaria Marcela Reyes se ha pronunciado públicamente para desmentir acusaciones y denunciar amenazas en su contra, luego del asesinato en México de su expareja, el cantante Bayron Sánchez, conocido como B-King. La situación ha escalado a un complejo escenario mediático y judicial que involucra la seguridad de la artista y su hijo. El asesinato de B-King y el DJ Regio Clown en México, atribuido preliminarmente a la ‘Familia Michoacana’, desató una crisis de relaciones públicas para Marcela Reyes. La controversia se avivó por un video antiguo en el que B-King la responsabilizaba si algo le sucedía, lo que generó una ola de señalamientos en su contra en redes sociales. En respuesta, Reyes ha adoptado una estrategia de comunicación directa, concediendo entrevistas para defenderse y aclarar su posición.
Negó rotundamente cualquier implicación y reveló que, tras la muerte del cantante, comenzó a recibir mensajes intimidantes desde el propio número telefónico de B-King con insultos como “asesina” y amenazas directas contra su hijo: “Me van a quitar a mi niño”.
La DJ aseguró que, contrario a la percepción pública de conflicto, ella y Sánchez se habían perdonado. Esta afirmación fue desmentida por la madre del artista, Adriana Salazar, quien declaró a medios: “es mentira que se perdonaron”, añadiendo una capa de tensión familiar al escrutinio público.
En medio de la polémica, figuras como Yina Calderón han defendido a Reyes, pidiendo respeto y el cese de señalamientos sin pruebas. La situación de Reyes evidencia el desafío de gestionar una crisis de imagen cuando se entrelazan un pasado conflictivo, un crimen violento y narrativas familiares contradictorias, obligándola a una defensa pública constante para proteger su reputación y la seguridad de su familia.
En resumenMarcela Reyes enfrenta una compleja crisis de imagen tras el asesinato de B-King, respondiendo activamente a acusaciones y denunciando amenazas. Su estrategia de defensa pública choca con testimonios familiares, mientras la investigación del crimen continúa, dejándola en una posición vulnerable ante la opinión pública.