La suspensión del programa nocturno ‘Jimmy Kimmel Live!’ por la cadena ABC ha desatado una intensa polémica en Estados Unidos. La decisión se tomó después de que el presentador hiciera comentarios sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, lo que fue considerado inapropiado y sensible por la empresa propietaria del canal. La controversia comenzó cuando Kimmel, el 15 de septiembre, afirmó que la “pandilla MAGA” intentó “sacar rédito político” del asesinato de Kirk, tratando de desvincular al acusado, Tyler Robinson, de cualquier afiliación política con ellos. Estos comentarios provocaron una reacción inmediata del grupo Sinclair, propietario de ABC, que anunció la suspensión del programa.
En un comunicado, Jason Smith, vicepresidente de Sinclair, calificó las declaraciones de Kimmel como “inapropiadas y profundamente insensibles”.
La empresa exigió al presentador una disculpa pública a la familia de Kirk y una indemnización por daños morales. El caso escaló cuando el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, cuestionó a Disney (empresa matriz de ABC) y solicitó un control más estricto sobre el contenido de las cadenas nacionales, advirtiendo sobre la posible retirada de licencias de transmisión. La medida ha dividido a la opinión pública: mientras los sectores conservadores y el expresidente Donald Trump celebraron la decisión, figuras del entretenimiento y activistas como la actriz Cynthia Nixon la han condenado como un ataque a la libertad de prensa y la Primera Enmienda.
En resumenLa suspensión del show de Jimmy Kimmel por sus comentarios sobre el asesinato de Charlie Kirk ha encendido un debate nacional en EE. UU. sobre los límites del humor, la responsabilidad mediática y la libertad de expresión, enfrentando a figuras políticas, medios de comunicación y celebridades.