Los artistas fueron reportados como desaparecidos el 16 de septiembre tras salir de un gimnasio en la exclusiva zona de Polanco, en Ciudad de México. Sus cuerpos fueron hallados un día después en el municipio de Cocotitlán, Estado de México, con signos de tortura y desmembramiento. Junto a los cadáveres se encontró una cartulina con un mensaje presuntamente firmado por el cartel ‘La Familia Michoacana’, que los acusaba de ser “chapulines y vendedores”, un término usado en el argot del narcotráfico para referirse a traidores o vendedores de droga rivales. Videos de cámaras de seguridad permitieron rastrear un vehículo Mercedes Benz en el que presuntamente se movilizaron las víctimas desde Polanco hacia zonas peligrosas como Iztapalapa y el Estado de México. Conversaciones reveladas del DJ Regio Clown muestran que sentía desconfianza antes de una reunión de negocios, expresando en un chat: “No confío en nadie, pero hay que hacer negocios”.

El caso ha escalado a nivel diplomático; el presidente Gustavo Petro solicitó públicamente a su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum, colaborar para esclarecer los hechos, vinculando el suceso a las “mafias multinacionales” fortalecidas por la “guerra contra las drogas”. Las familias de las víctimas, mientras tanto, adelantan los trámites para la repatriación de los cuerpos, clamando por justicia.