Anunció que emprendería acciones legales, considerando la filtración una forma de violencia contra las mujeres. La situación se complicó con la aparición de un segundo video, lo que intensificó el escrutinio público. En respuesta, el equipo legal de Beéle negó categóricamente su participación en la difusión del material. En su comunicado, aclararon que "Brandon no filtró dicho material ni participó en su divulgación" y anunciaron acciones legales coordinadas en Colombia y Estados Unidos contra los responsables de la difusión. La controversia también involucró a terceros, como el influenciador Valentino Lázaro, a quien Ladera demandó por injuria y calumnia tras sus comentarios en el pódcast 'Dímelo King', donde sugirió que ella misma podría haber estado detrás de la filtración para ganar visibilidad. El caso ha generado un amplio debate sobre la responsabilidad en la difusión de contenido privado, con expertos y exministras explicando las severas consecuencias penales que enfrentan no solo quienes originan la filtración, sino también quienes replican el material.