Lo que comenzó como un momento viral en la ‘kiss cam’ de un concierto de Coldplay se transformó en un escándalo con serias consecuencias personales y profesionales. Kristin Cabot, la mujer captada besándose con su jefe, Andy Byron, ha solicitado el divorcio de su esposo, el empresario Andrew Cabot, poniendo fin a un drama que expuso la fragilidad de la vida privada en la era digital. El incidente, ocurrido en julio de 2025, se viralizó instantáneamente, provocando un efecto dominó en la vida de los involucrados. Apenas dos meses después del concierto, el 13 de agosto, Kristin Cabot presentó la demanda de divorcio en un tribunal de New Hampshire. Lejos de mostrar arrepentimiento, lanzó duras críticas contra su ahora exesposo, calificándolo como “un ególatra obsesionado con el dinero” y asegurando que lo ocurrido era “karma”.
Las consecuencias también se extendieron al ámbito laboral: tanto Andy Byron como Kristin Cabot renunciaron a sus altos cargos en la empresa de tecnología Astronomer.
Una semana después, Andrew Cabot también dejó su puesto como director ejecutivo de Privateer Rum, evidenciando el impacto reputacional del escándalo. El caso incluso motivó declaraciones de la segunda exesposa de Andrew Cabot, quien describió su propio divorcio como un proceso difícil y coincidió en que la situación actual era una forma de “karma”. Lo que fue un instante captado por una cámara se convirtió en un mediático proceso de rupturas matrimoniales y profesionales, con disputas patrimoniales pendientes.
En resumenEl video viral de la infidelidad en el concierto de Coldplay desencadenó consecuencias drásticas. Kristin Cabot no solo solicitó el divorcio, sino que también atacó públicamente a su exesposo, mientras ella y su amante perdían sus empleos, demostrando el poder destructivo de la exposición mediática en la vida personal y profesional.