Castillo, de 19 años, anunció su retiro afirmando que no se sentía preparada para las exigencias del concurso y que lo hacía por su “propia tranquilidad”. Su salida se produjo tras recibir críticas del jurado y enfrentar comentarios en redes sociales. En una declaración posterior, abordó directamente su salud mental, pidiendo que no se tome a la ligera: “La ansiedad y el pánico son un tema serio, no se deben minimizar ni convertir en motivo de burla”.
La controversia escaló cuando surgieron acusaciones de ‘bullying’ por parte de otras participantes.
Sin embargo, Ángela Arcila, Miss Risaralda, ofreció una perspectiva diferente, asegurando que el ambiente de convivencia fue más complejo. Según Arcila, Castillo habría hecho comentarios inapropiados que generaron incomodidad en el grupo, y afirmó que lo que se ve en televisión es solo “la puntica del iceberg”. Castillo, por su parte, aclaró: “Nunca dije que me hicieron ‘bullying’, ni tampoco quise dar a entender eso; simplemente hubo momentos en que me molestaban”.
Su caso ha evidenciado las tensiones internas y la presión mediática que rodean estos formatos, resaltando la importancia del bienestar emocional de las participantes.