Hoy transformo el dolor en fuerza y sueños grandes”.

Con esta declaración, Castillo enmarcó su respuesta no como una defensa, sino como una afirmación de su valor y determinación.

Su estrategia se ha centrado en defender la evolución de los certámenes de belleza hacia escenarios más inclusivos y que visibilicen la diversidad. Ha promovido la idea de que la representación va más allá de las medidas corporales, abriendo un diálogo sobre la verdadera esencia de estos concursos en la actualidad. A pesar de que algunos han intentado reducir su participación a un fenómeno viral, Rebeca ha logrado darle un significado más profundo, utilizando cada aparición pública para reivindicar causas sociales y emocionales. Su respuesta ha sido celebrada por un sector del público y del jurado, que destacan su autenticidad y seguridad, convirtiendo la adversidad en una plataforma para inspirar a otros.