Desde que Willis fue diagnosticado, su esposa ha compartido actualizaciones periódicas sobre su estado, revelando que “está perdiendo el habla” y que “solo es su cerebro el que le falla”, aunque sigue activo y con buena salud general.

La comunicación de la familia ha sido un ejercicio de equilibrio entre la transparencia y la protección de la privacidad del actor. Sin embargo, la noticia de que Willis ahora reside en un centro con atención 24 horas desató críticas de algunos usuarios en redes sociales, quienes cuestionaron la decisión de no mantenerlo en casa.

Ante esto, Heming expresó su dolor: “Es doloroso leer críticas en un momento como este, cuando lo que más necesitamos es apoyo y comprensión”.

Explicó que la decisión, aunque difícil, fue necesaria para garantizar que su esposo reciba el cuidado especializado que su condición requiere y, al mismo tiempo, priorizar el bienestar de sus hijas. “Sabía que, ante todo, Bruce querría eso para nuestras hijas”, afirmó.

Heming ha asumido un rol de vocera y cuidadora, enfrentando no solo los retos emocionales de la enfermedad, sino también el escrutinio público sobre las decisiones de cuidado familiar.