Frases de los chats, como “Te gustó mi chocho, llegando del Ziruma”, fueron replicadas masivamente, y Villar recibió el apodo despectivo de “el sabrozaso”. La tercera implicada, Olga Vizcaíno, lejos de mantenerse en silencio, respondió a las acusaciones alegando que desconocía la situación marital de Villar.

“No sabía nada de eso.

Él y yo nos escribíamos mutuamente y tuvimos química, física, matemática, de todo”, declaró en una emisora local, adoptando un tono que el público interpretó como burlesco y que la catapultó como una “nueva creadora de contenido”.

El caso ha trascendido a tal punto que empresas y agencias de publicidad se han acercado a Yoselin Mora para explorar posibles negocios con ella.