La respuesta de su familia, especialmente de su esposa María Claudia Tarazona, ha sido central en la gestión del duelo público y la configuración de su memoria póstuma. La estrategia de comunicación de la familia Uribe Tarazona se ha centrado en mensajes emotivos y personales difundidos a través de redes sociales, humanizando la figura del político y enmarcando su muerte como una tragedia familiar y un símbolo de la violencia en el país. María Claudia Tarazona ha asumido el rol de portavoz del dolor familiar, con una publicación que se viralizó rápidamente: “Siempre serás el amor de mi vida... Nuestro amor trasciende este plano físico.
Espérame, que cuando cumpla mi promesa con nuestros hijos, iré a buscarte”.
Este mensaje, citado en múltiples medios, establece un tono de amor eterno y resiliencia, prometiendo cuidar de sus hijos y mantener vivo su legado.
A esta voz se sumaron otras figuras cercanas, como su prima, la actriz Paola Turbay, quien expresó su incredulidad y dolor afirmando que “siempre mantuve la ilusión de volverte a ver”, y su hermana, María Carolina Hoyos, con un conmovedor “Nuestra mamá, que tanto te ama, te recibe”.
Las reacciones no se limitaron al círculo familiar; el cantautor Carlos Vives compartió un video íntimo de Uribe tocando el piano, mostrando una faceta artística y sensible del senador. Estas manifestaciones públicas, cuidadosamente personales, han logrado unificar el sentimiento colectivo de pérdida, desplazando el debate político inmediato para enfocarse en el drama humano.
La narrativa construida es la de un esposo y padre amoroso, cuya vida fue truncada por la violencia, un mensaje que resuena con fuerza en el contexto colombiano y que busca cimentar su legado en la memoria afectiva del país.