Mientras sonreían y se preparaban para capturar el momento, Messi, acompañado de un amigo, caminó tranquilamente por detrás, sin un equipo de seguridad visible.
La reacción de la pareja fue instantánea y genuina: al reconocer al futbolista, quedaron boquiabiertos y comenzaron a reír con nerviosismo, incrédulos ante la casualidad.
“No puede ser… ¡es Messi!”, se le escucha decir a uno de ellos. El video se difundió rápidamente por todas las plataformas digitales, acumulando más de cinco millones de reproducciones en pocas horas. Los usuarios de redes sociales reaccionaron con envidia y humor, destacando la humildad del futbolista al disfrutar de una noche tranquila en la ciudad que fue su hogar durante gran parte de su carrera. El suceso demuestra cómo una aparición no planificada de una celebridad de su calibre puede generar un impacto masivo e inmediato en el mundo digital.












