“Qué lindo es ver cómo, sin necesidad de repartir tamales ni plata amarrada a los tamales, se pueda convocar a los ciudadanos.

Se siente un aroma a dignidad, a libertad, a seguridad”, afirmó la artista, contrastando el evento con prácticas políticas tradicionales.

Su participación activa generó un amplio debate, consolidándola como una figura de la oposición al gobierno de Gustavo Petro, a cuyos seguidores se refirió con ironía: “Me encanta cómo los pobres petristas frustrados se conectan a mis en vivos a decir que por qué no me fui del país.

Sí lo hice; realmente vine porque tenía esta cita importante con Abelardo”.

Según la cantante, su decisión de incursionar en la política responde a un “compromiso personal con el país” y la defensa de valores que considera fundamentales. Aunque no ha especificado si aspirará a un cargo público, su adhesión al movimiento de De la Espriella, que promueve una agenda centrada en la libertad de expresión y la “recuperación del rumbo” de Colombia, divide opiniones. Mientras algunos celebran su valentía, otros cuestionan su falta de experiencia en asuntos de gobierno.